10.04.2009



Este es un reporte intersentate ....


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Autor:

Danny Daniel Zambrano Rivera

Correo electrónico:
País:
Ecuador
Experiencia periodistica:
Breve CV:
Empecé haciendo Relaciones Públicas como pasante en el CISP (Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos), una ONG italiana (organización no gubernamental). Luego fui reportero de dos canales locales. Actualmente soy periodista de El Diario, el medio más importante de la región manabita. En este medio ya tengo más de un año.
Subtítulo: Sociedad
Tema:
Viviendo con el riesgo
Género periodístico:
Reportaje
Sección donde se publicó:
Revista D7
Fecha de Publicación:
08/06/2008
Sinopsis:

Habitantes de varios sectores de las colinas de Portoviejo evitan deslaves con la reforestación.

Sociedad

Viviendo con el riesgo

Habitantes de varios sectores de las colinas de Portoviejo evitan deslaves con la reforestación.

Desde su balcón se ve toda la ciudad. Es una panorámica exclusiva digna de un mirador turístico. Pero esa ubicación, mirando hacia abajo, también muestra un barranco con más de 40 metros de altura sobre la parte llana de Portoviejo.

Yadira Moreira, de 27 años, es consciente de que ese ‘privilegio’, el de tener una panorámica única, también le podría costar la vida.

Su casa está ubicada en el barrio San José, justo en la parte alta de una de las colinas de Andrés de Vera. Ese sector es considerado por los geólogos como una zona de alto riesgo a deslizamientos de tierra.

Con ese dato-advertencia el temor que socializan los expertos es que Moreira, junto a su esposo y dos hijas; y las más de 400 familias que habitan en ese barrio, sean parte de una tragedia. Y no presienten aquello por demás. A escasos metros de donde vive Moreira ya ocurrió un deslave durante el Fenómeno del Niño de los años ‘97 y ‘98. Aquel desastre arrasó con la mitad del barrio e hizo desaparecer una parte de la única calle que hay en esta colina portovejense. No hubo muertos, pero sí la pérdida económica, en ese entonces, de millones de sucres y el “volver a empezar” de quienes algún día habitaron allí.

Entendiendo que es ‘vecina’ del pasado y también de lo que podría pasar en el futuro, Moreira apuesta sus esperanzas de vida en la prevención que hace ahora. Ella, junto a varios vecinos del sector, ha empezado a reforestar la colina en donde habita. Reconoce que esa no es la solución idónea; sin embargo, por falta de dinero para reubicarse, esa es la mejor decisión que ha tomado para poder seguir viviendo allí.

La reforestación es una buena opción

Clara Inés Álvarez, directora del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades locales para la gestión integral del riesgo en el cantón Portoviejo”, que ejecuta el CISP (Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos), una organización no gubernamental (ONG), de Italia, sostiene que la reforestación es una excelente opción para evitar los deslizamientos.

Álvarez, que además es geóloga, sustenta esa idea, argumentando que las raíces de los árboles compactan el suelo haciéndolo más resistente a los deslizamientos. En ese sentido, ella destaca la concienciación que ha tomado la gente que habita en el barrio San José y estima que, de mantenerse la reforestación, el riesgo disminuirá considerablemente.

“Realmente es invalorable la actitud que han tomado. Ellos han comprendido que se están ayudando a ellos mismos. Ojalá esta actitud de prevención sea tomada como modelo para quienes habitan en sectores con similares riesgos, y en sí por toda la población”, agrega.

La experta admite que el tema de la prevención en la sociedad manabita es un proceso a largo plazo.

“Por el momento es importante que la gente comience a reforestar. Pero la idea no es sólo eso, sino evitar que las colinas de la ciudad y que las riberas del río se sigan poblando”, dice.

Para evitar mayores problemas estamos facilitándole al Municipio de Portoviejo las herramientas técnicas y logísticas para que ellos puedan hacer las ordenanzas que prevengan el irrespeto que se le está haciendo a la naturaleza, que a la larga nos termina afectando y empobreciendo más a todos, enfatiza Álvarez.

Todos tenemos que hacer conciencia

Cristina Martínez es vecina de Yadira Moreira. Su casa está unos metros más arriba que la de ella; y, aunque su terreno a esa altura es plano, el riesgo a un deslizamiento es similar en ambos casos.

“Da lo mismo. Si la casa de ella se va, la mía también correría el mismo destino”, dice, por ello, agrega que la reforestación en la colina en la que habita, y de todas las de Portoviejo, es indispensable para evitar los derrumbes.

Martínez cuenta que llegó a habitar a este sector por desconocimiento

“Nadie me dijo que vivir aquí sería peligroso. Ahora que conocemos los riesgos estamos concientes que no deberíamos seguir aquí. Pero también hay que decir que no tenemos dinero para comprar casa en otro lugar”, explica.

Con este antecedente nuestra convivencia depende de la prevención que nosotros mismos hagamos y, en con ese objetivo, la reforestación es la mejor alternativa que hemos encontrado, expone.

Martínez agradece la colaboración que están brindando hacia la comunidad las ONGs CISP y COSUDE (Corporación Suiza para el Desarrollo).

Ordenanza busca prevención y recursos

Xavier Valencia, coordinador del COSUDE, una ONG de Suiza que ejecuta un proyecto similar al del CIPS, también en Portoviejo, indica que en busca de prevenir los deslaves, su plan ya ha presentado al Municipio el borrador de una ordenanza que prohíbe, de acuerdo a los nuevos estudios hechos por los técnicos de la Defensa Civil, la construcción de casas en sectores aledaños al río y en las colinas cuya altura supere los 70 metros, y en otros sectores los 40 metros.

“Antes la norma era general. Sólo señalaba la prohibición a partir de la cota 70. Esto lo hemos corregido puntualizando sectores en los que a partir de la cota 40 ya es peligroso”, explica.

Valencia también añade que esta nueva ordenanza ya fue aprobada por el Concejo Municipal en su primer debate y explica que ahora sólo se espera la aprobación definitiva en un segundo y definitivo debate.

En este proyecto de ordenanza también se estipula una recaudación obligatoria anual de un dólar por cada familia que tenga predios en el cantón. La idea, según indica Valencia, es tener recursos para enfrentar desastres.

Sistema de alerta ayuda a evacuar

Elvis Macías habita en la zona plana de Portoviejo. Su problema es que está justamente a lado del río.

Cada vez que éste crece su casa se inunda. Igual ocurre con todas las familias que habitan en la ciudadela la Paz. Sobre todo los que están asentados en las riberas del río. El caso de Macías, como el del resto de estos habitantes, es más complicado que los del barrio San José. Aquí la única opción que tienen para evitar la inundación es salir del lugar.

Según la geóloga Álvarez, la tarea de reubicarlos resulta difícil, entendiendo que las personas de este sector son de escasos recursos y “si la decisión fuera del Municipio, la inversión sería incalculable. Esto porque habría que remover a media ciudad”, sostiene. Álvarez no exagera con ese testimonio. Explica que un reciente estudio en el que tomó como base inundaciones del siglo pasado, las riberas del río Portoviejo sólo podrían ser habitadas después de los 500 metros por cada lado.

“Es imposible trasladar a media ciudad, pero sí podemos prevenir desgracias evitando que las riberas se sigan poblando. Además hemos implementado, desde hace más de dos años, un sistema de alerta temprana que anuncia la inundación para que la gente pueda evacuar a tiempo”, afirma.

Con este sistema, implementado con cuatro repetidoras, una en la represa de Poza Honda, otra en Santa Ana y dos en Portoviejo, Macías ha aprendido a vivir con el riesgo de las inundaciones.

Cuenta que cada vez que se anuncia una creciente, evacuan la zona para poder salvar sus vidas. “Además nos da tiempo para poner a recaudo la mayoría de sus pertenencias”, asegura.

Nota vinculada: CISP: una mano amiga

La ONG italiana CISP ha realizado en Manabí, desde 1990, varios proyectos relacionados con el tema de la gestión del riesgo y de la pesca artesanal. En estos planes ha incluido cantones como Puerto López, Santa Ana, Rocafuerte, Portoviejo, Sucre, San Vicente, entre otros. A todos éstos, a través de los municipios, ha entregado planes de contingencia para que sean socializados entre los ciudadanos. La idea es evitar desastres aplicando las normas de prevención que hay que tomar en cuenta antes, durante y después de que se presente un evento adverso.

La organización es, en la mayoría de sus proyectos, financiada por la Oficina de la Comisión Europea (CE). En otros casos se autofinancia y en otros los ejecuta con financiamiento de varios organismos o de las propias entidades públicas que están inmersas en el proyecto que se ejecuta.

El plan actual que el CISP lleva adelante en Portoviejo, además del financiamiento la CE, cuenta con el respaldo de la Secretaría General de la Comunidad Andina. Esta última organización involucra en sus propósitos el apoyo a la Prevención de Desastres de la Comunidad Andina (Predecan).

Además se detalla que el proyecto fue puesto en marcha desde el mes de septiembre del 2007 y termina en el mismo mes de este año.

“Lo que se busca en sí es prevenir y reducir el impacto destructivo que tienen los eventos naturales o antrópicos (provocados por la mano del hombre), en la sociedad”, puntualiza Clara Inés Álvarez, coordinadora del proyecto del CISP.

Clave

Siete hectáreas reforestadas

En las colinas de los barrios de El Florón se han reforestado 7 hectáreas. Este plan lo lleva adelante la Cosude.

Fotos: Danny Zambrano/Cortesía del CISP

Texto: Danny Zambrano

dzambrano@eldiario.com.ec

Nombre del medio:
El Diario-Revista D7
Tipo de medio:
Prensa
Dirección del medio de publicación:
Avenida Metropolitana-vía a Manta
Ciudad:
Portoviejo-Manabí